El Distrito de Adecuación de tierras de gran escala del Rio Zulia fue construido en los
inicios de la década de los 70 por el HIMAT, hoy IDEAM e INAT, las áreas de influencia corresponden a los municipios de San José de Cúcuta y El Zulia, comprende un área de
45.494 hectáreas, de las cuales, el 43,7 % (19.867 hectáreas) cuenta con tierras aptas
para la implementación de cultivos agrícolas. Actualmente, 15.857 hectáreas son irrigadas
mediante la infraestructura del distrito, las cuales corresponden a cerca de 1.340 predios,
en ellos, se encuentran cultivos de cacao, palma de aceite y especialmente arroz, este
último corresponde al 80% de la producción [6].
Por otro lado, el conjunto de emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se
derivan una actividad de producción o consumo representan su huella de carbono.
Dentro del conjunto de estos mencionados GEI el que más contribuye al calentamiento
global corresponde a las emisiones de dióxido de carbono (CO2) [7]. El arroz constituye
un alimento tradicional e indispensable para la alimentación de los colombianos gracias
al aporte nutricional y en especial de los carbohidratos, además de ser económicamente
accesible a toda la población. Con un consumo per cápita que asciende a 43,2kg, el arroz
es uno de los productos que mayor consumen los colombianos [8].
En este sentido, incentivar el aumento de la producción nacional de arroz es un
componente clave de la seguridad alimentaria que contribuye a su vez a impulsar el
crecimiento económico del país. No obstante, es necesario que este propósito se lleve a
cabo con proyectos integrales que incluyan el componente de sostenibilidad.
Con la presente investigación se pretende especialmente estimar la huella de Carbono
en cultivos arroceros del distrito de riego Asozulia, Norte de Santander, mediante la
aplicación del Análisis de Ciclo de Vida, buscando generar un insumo clave que sirva
de modelo para implementarlo en otras organizaciones y desarrollar acciones que
fortalezcan el sector arrocero y así garantizar su sostenibilidad, así como la calidad de
vida de los agricultores.
Queda claro, que se requieren implementar acciones para mitigar los impactos negativos
que genera el sector agrícola sobre el ambiente, debido a las inoportunas prácticas de
producción, en este sentido, el termino Análisis del Ciclo de Vida (ACV) cobra relevancia
y se muestra como un camino importante para cumplir dicho objetivo.
Es necesario aplicar una metodología clara y completa, que resulte útil en función de
plantear un ACV para recopilar la información pertinente y generar los cálculos que
conduzcan a obtener los objetivos establecidos, por ello las normas ISO 14040 y 14044
[5], desarrollan un papel importante, ya que proporcionan la guía optima que ayuda a
describir todas las fases que intervienen en la actividad (desde la extracción hasta el uso
final que tenga dicho producto).
El ACV mediante las herramientas Ecoinvent y el software LCAmanager permite identificar
los elementos que más inciden en la huella de carbono durante el cultivo del arroz. La
identificación de factores que impactan negativamente al ambiente permite formular e
implementar estrategias fundamentadas en métodos de trabajo o técnicas de producción
que, minimizarán el impacto generado.
La actual investigación, mediante el método ACV logró identificar el impacto ambiental en relación con la huella de carbono que se genera por los cultivos arroceros del distrito de Riego Asozulia Norte de Santander, Colombia, en cada una de las fases del cultivo: preparación del terreno, siembra, recolección de la cosecha y almacenamiento del grano.
El presente trabajo se desarrolló aplicando la metodología de análisis de ciclo de vida
(ACV) en las etapas principales del proceso de cultivo de arroz (preparación de terreno,
siembra, crecimiento, desarrollo, cosecha y almacenamiento del grano de arroz paddy),
tomando como unidad funcional una hectárea cultivada y como límite del sistema, todas
las áreas destinadas para el cultivo de arroz, en la zona del distrito de riego Asozulia,
Norte de Santander.
Dicha metodología consistió en construir los flujos de entradas y salidas para las etapas
del proceso por unidad funcional (1 hectárea), organizando así, un balance de masas
con datos comerciales de todas las materias primas e insumos que intervienen allí; a
continuación se elaboró el inventario de emisiones empleando la base de datos Ecoinvent
v3.1, el cual, se convierte en el insumo necesario para evaluar el impacto ambiental del
proceso, cuyo indicador es la huella de carbono, que para el estudio se establece como
kilogramos de CO2 equivalente por hectárea cultivada. Se puede entonces definir el
presente estudio como una investigación descriptiva en la cual el investigador busca
describir el contexto bajo investigación, para cubrir los objetivos e intereses de una
población en concreto.
Aplicando este método se pretende determinar propiedades, características y perfiles de
personas, grupos, comunidades o cualquier fenómeno que se someta a análisis, midiendo
y recogiendo información de manera independiente o conjunta sobre las variables
mostrando con precisión las dimensiones de los sucesos en la comunidad, contexto o
situación [9].
En cuanto a la población determinada en esta investigación, son los elementos de los
que se va a obtener información, y estarán bien definidos en el tiempo y en el espacio, de
forma que, ante la presencia de un potencial integrante de la misma, pueda decidirse su
inclusión o no en la población estudiada [10].
En línea con lo establecido por [11], en relación con la definición del instrumento y de los
datos que se requieren conseguir en el estudio, se utilizó el Software LCA Manager 1.3, y
se empleó la información de la base de datos de Ecoinvent V3.1 y los datos recolectados
desde la fuente primaria durante las etapas del cultivo del arroz, es decir, preparación
del terreno, siembra de la semilla, germinación, macollamiento, embuchamiento,
espigamiento, cosecha, transporte y almacenamiento del grano.
En la siguiente figura 1 y 2 se hace una representación de los instrumentos empleados para la recolección de la información.
La base de datos Ecoinvent permitió definir los inventarios en las etapas de los procesos y el programa informático LCA Manager 1.3 fue empleado para identificar y cuantificar los impactos ambientales. A su vez, esta investigación, implementó el LCA Manager, herramienta informática que mide el perfil ambiental de los productos y procesos industriales empleando el enfoque de Análisis de Ciclo de Vida especificado en las series de normas ISO-14040/44 [12], en donde se analizaron todas las fases del ciclo de vida del producto. En cuanto a la ilustración siguiente, describe en general la metodología que se aplicó en la investigación:
Se identificaron los flujos de masa y energía que intervienen en el proceso del cultivo de arroz empleando el método de muestreo por bloques acorde a los límites y la unidad funcional (1 hectárea de cultivo de arroz), fraccionando el sistema en tres bloques de
estudio que representan las etapas del proceso: 1) Preparación del terreno y siembra 2) Crecimiento y desarrollo del cultivo y 3) Cosecha y almacenamiento del grano paddy. A continuación, se presentan los balances de masas para cada uno de los bloques de estudios: La tabla I corresponde a la etapa de preparación del terreno y siembra, el balance del bloque II, correspondiente a la etapa de crecimiento y desarrollo del cultivo se presenta en la tabla II y en la tabla III se relaciona el balance correspondiente a la recolección de cosecha y almacenamiento del grano.
El segundo resultado, corresponde a la identificación y cuantificación del impacto
ambiental, como se mencionó en la metodología, fue seleccionado dentro de la categoría
de calentamiento global (CG) el indicador HdC, una vez que se obtienen los balances
de masas, se construye el inventario de emisiones de GEI por cada uno de los factores
contaminantes del cultivo de arroz.
El inventario de emisiones de GEI para el objeto de estudio se construyó empleando la
base de datos Ecoinvent versión 3.1, la cual, recopila información de infinidad de estudios
de impacto ambiental a lo largo del ciclo de vida de productos y procesos, analizando,
además, consumo energético, transporte, extracción de materia prima, desechos, etc., es
decir, es una fuente de información secundaria, de alta confiabilidad.
Por último, se modelan los datos extraídos del inventario con el balance de masas para
caracterizar el impacto ambiental en cada etapa del proceso de cultivo de arroz, obteniendo
así, la estimación de la HdC por hectárea para los cultivos arroceros del distrito de riego
Asozulia mediante la metodología Análisis del Ciclo de Vida (ACV) establecido en las
normas ISO 14040-14044 [12] y con la herramienta informática LCA Manager 1.3. En las
gráficas 1, 2 y 3 se presentan los factores contaminantes y las emisiones de kg. CO2
equivalente por hectárea de cultivo para cada uno de los bloques de estudios que se
relacionaron en las tablas 1, 2 y 3 respectivamente.
Los factores contaminantes del proceso por bloques de estudios con mayor incidencia
en la huella de carbono del proceso son: a) Bloque 1: riego, urea, quema del material
vegetal, fertilizante de fosfato diamónico, Diesel y semilla. b) Bloque 2: riego, Urea, fosfato
diamónico, cloruro de potasio, compuesto de acetamida-anilida, nitrato amónico y Diesel
principalmente. c) Bloque 3: el Diesel, la gasolina y el desgaste de la maquinaria agrícola
principalmente.
A continuación, en las figuras 3, 4 y 5 se presentan las emisiones dadas en kg de CO2
equivalente por ha. de cultivo para cada uno de los bloques de estudio y por factor
contaminante identificado dentro del proceso. A su vez, estos valores se convierten en
insumo clave para la elaboración de propuestas de mitigación del impacto o para las recomendaciones del estudio.
Una vez consolidados los impactos de los tres bloques de estudio, se determinaron los factores que mayor inciden en las emisiones de CO2 para la producción de arroz paddy verde (ver gráfica 4), que en su orden son: riego, urea, fertilizantes, quema de material vegetal, combustibles, agroquímicos, semilla, maquinaria agrícola y lubricantes (ver figura 6).
Igualmente, se presenta un resumen del impacto generado en cada uno de los bloques de estudio o etapas del proceso, obteniendo valores similares y muy significativos, principalmente en las dos primeras etapas del proceso (ver tabla IV).
De acuerdo a la tabla 4, el bloque 1 que corresponde a la preparación del terreno y siembra emite el 47% de todo el CO2 del proceso, mientras que el bloque 2 del crecimiento y desarrollo del cultivo genera el 52%, siendo el más contaminante, aunque el bloque 3 para la cosecha y almacenamiento solo produce el 1% de las emisiones. Estos resultados dejan ver que la necesidad de emprender acciones para reducir el impacto ambiental que genera el bloque 1 y 2 para reducir las emisiones de esta actividad agrícola.
Discusión
Se realizó un análisis de los resultados en contraste con la revisión bibliográfica sobre
de la estimación de HdC en cada una de las etapas del cultivo de arroz y se pudieron
identificar cuatro (4) grupos de factores contaminantes que deben ser intervenidos para
lograr una reducción significativa en la HdC. A continuación, se describe cada uno de
ellos:
G1. Se identificaron suelos con pendientes pronunciadas que aumentan la circulación
del agua y el consumo mismo. Por otro lado, la inundación del terreno ocasiona
transformaciones en el suelo que influyen en la emisión de GEI, además, por los procesos
fisicoquímicos que allí se producen. El principal recurso empleado para la producción de
arroz paddy es el agua (18.343 m3/ha) y esta situación más la expansión continua del
área agrícola ha incrementado la demanda del líquido hasta niveles cercanos a los 14
m3/s, siendo el mismo caudal que tiene en época de verano el río Zulia [6], lo cual pone
en alto riesgo la sostenibilidad del cultivo.
G2. Alta densidad de semillas por área de cultivo debido a que se emplea la técnica de
siembra al voleo, la cual, es realizada al azar y no garantiza una distribución uniforme, lo
cual, sumado al método de preparación en fangueo o inundación genera un ambiente
favorable para el crecimiento de malezas, lo que aumenta la competencia por los
nutrientes, siendo una situación que repercute en el consumo excesivo de semillas y en
el aumento de la aplicación de fertilizantes y herbicidas en la etapa inicial del cultivo.
G3. Se observa afectación en la estructura de los suelos causada por malas prácticas en
la preparación del suelo y uso inadecuado de la mecanización agrícola. La preparación del
suelo genera la pérdida de la estructura, impidiendo que se formen espacios (porosidad)
para la contención de agua y aire necesario para las raíces. Además, se forman costras
en la superficie que no permiten retener el agua. Por otro lado, la maquinaria agrícola
favorece la compactación, teniendo como resultado la muerte de las raíces, debido a que,
por debajo del suelo se forman capas duras que no permiten su crecimiento y expansión,
generando dificultades al momento de la adsorción de los fertilizantes y agua, así como
para el anclaje de las plantas, lo que produce volcamiento.
G4. Maquinaria con tecnologías obsoletas y procesos de combustión deficientes.
Ausencia de planes de mantenimiento preventivo y predictivo en el parque automotor y
de maquinaria agrícola. Esta situación ocasiona afectaciones en la estructura del suelo,
pero, además, está demandando mayor consumo de combustible, mayor tiempo de
mecanizado y menor efectividad en las tareas programadas. Adicional a ello, ocasiona
mayor rotación de repuestos y lubricantes y paradas del proceso.
Teniendo en cuenta lo anterior, se realiza un análisis comparativo con la literatura reciente
sobre la dinámica que existe entre la producción de arroz y la huella de carbono. A partir
de esto, se encuentra que el cultivo de arroz ha sido reconocido como uno de los más
esenciales a nivel mundial, con un consumo per cápita significativo [13]. Sin embargo,
la producción de arroz está asociada con una generación considerable de dióxido de
carbono (CO2) y otros gases de efecto invernadero, tal como señala [13]. Este cultivo,
aunque es fundamental para la alimentación de una gran parte de la población, está
estrechamente relacionado con estas emisiones a través de su cadena de producción,
desde el proceso agrícola hasta la comercialización.
Por este motivo, los resultados del estudio concuerdan en que estos procesos contribuyen
de manera significativa a la emisión de GEI, como lo señala el observatorio Agrocadenas
de Colombia y el análisis realizado por [14]. Aunque los métodos empleados para
medir la huella de carbono han evolucionado desde la década de 1970, actualmente, se
cuenta con herramientas avanzadas como el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) [12] que
permite obtener información confiable para valorar la problemática, tal como se aplicó
en el estudio del Distrito del Río Zulia en Colombia, lo cual, permite caracterizar que hay
emisiones significativas y determinar las etapas donde más se genera contaminación y
afectaciones al medio ambiente.
De esta manera, se puede decir que el cambio climático y sus consecuencias, como el
aumento de temperaturas, la disminución de precipitaciones y la variabilidad climática,
representan un desafío adicional para la producción agrícola en esta región, tal como lo
señala la CEPAL y la FAO. De forma similar, el impacto del cambio climático en diferentes
cultivos, proyectado por la NASA, indica cambios importantes en los rendimientos,
debido a las alteraciones climáticas y las altas emisiones de GEI [15].
En concordancia con GreenFacts [16] existe una relación simbiótica entre la agricultura
y el cambio climático que genera preocupaciones importantes, ya que las emisiones
provenientes de actividades agrícolas contribuyen al calentamiento global y, a su vez,
el cambio climático afecta adversamente a la agricultura. Esta interacción perjudicial se evidencia tanto en el rendimiento de los cultivos, como en la economía y la seguridad
alimentaria.
Por lo tanto, los resultados concuerdan con otros estudios [15] y [17], donde se destaca
que, aunque el arroz es un pilar fundamental en la dieta y economía de diversas regiones,
su producción tiene un impacto significativo en la emisión CO2, siendo importante la
implementación de métodos como el Análisis del Ciclo de Vida (ACV) y la medición de
la Huella de Carbono (HdC) como pasos importantes para comprender y mitigar este
impacto ambiental. Además, con línea con estas investigaciones, se plantea la necesidad
de reducir el efecto negativo de la producción del arroz y abogar por prácticas más
sostenibles en la agricultura.
Por último, se entiende que la producción de arroz es fundamental para la alimentación
mundial, pero no está exenta de generar altas emisiones de GEI, lo que contribuye a su
vez al cambio climático que perjudica la oferta alimentaria global [18]. De esta forma, la
comprensión de la huella de carbono y el análisis detallado de los procesos agrícolas se
deben seguir investigando para tomar medidas que mitiguen este impacto ambiental y
promuevan prácticas más sostenibles en la producción de alimentos.
Mediante el método de muestreo por bloques se evaluaron los flujos de masa que
intervienen en el cultivo y cosecha de arroz para 1 hectárea de producción. En promedio,
una hectárea de tierra produce 5,6 toneladas de arroz paddy verde y este equivale a 3.327
kg de arroz blanco comercial. Por ello, la investigación desarrollada tendrá un aporte
significativo debido a la cantidad de producción que se involucra en la unidad funcional
del estudio, además del impacto sobre la población objeto de estudio.
En términos de contaminación ambiental, el aporte de huella de carbono corresponde
a la emisión de 7.316 kg de CO2 equivalentes por hectárea cultivada, donde, el 52%
corresponde al crecimiento y desarrollo del cultivo, el 47% la preparación del terreno
y siembra y el 1% a la recolección de la cosecha y almacenamiento final del grano. Se
estima entonces, que, en Norte de Santander, el cultivo de arroz puede emitir 190.000 Kg
de CO2 equivalente por cada año de producción, teniendo en cuenta que se realizan dos
ciclos productivos al año, algo que sin duda preocupa.
Teniendo en cuenta la identificación de los factores contaminantes, la difícil situación
que presenta el riego del cultivo y los altos costos de producción que hacen menos
competitivo el producto en el mercado, se lograron formular estrategias que pretenden
impactar positivamente al proceso con mayor eficiencia de los recursos y, por ende,
reducción en la huella de carbono.
Una producción de arroz sostenible en el tiempo garantiza mayor disponibilidad de
alimentos, lo cual, servirá para combatir el hambre y la pobreza. Igualmente, la mitigación del calentamiento global en la actividad arrocera es un aporte significativo para la salud
humana, que tendrá mejores condiciones de vida con menores riesgos en el ambiente.
Frente a lo anterior, es importante considerar que Norte de Santander reúne cerca
de 1.600 unidades de producción, equivalente a 12.900 hectáreas, sobre las cuales se
desarrolla la mayor actividad agrícola del departamento, impactando en la generación
de empleo y la dinámica económica del área metropolitana de Cúcuta, motivo por el
cual, se debe aunar esfuerzos interinstitucionales (alcaldías, gobernación, ministerio de
agricultura, universidades, SENA, fedearroz, Corponor, Banco Agrario, entre otros), con
el propósito de formular propuestas y gestionar recursos de inversión pública para la
financiación e implementación de proyectos que permitan minimizar los factores que
mayor inciden en el impacto ambiental.
Es necesario promover la implementación de prácticas agronómicas favorables
como la rotación de cultivos, aprovechamiento de residuos orgánicos, aplicación de
microorganismos eficientes y eliminación de quemas con el propósito de conservar los
recursos naturales y la estructura del suelo. Se considera necesario, el desarrollo de
investigaciones sobre estudios de factibilidad para la transformación de los desechos
orgánicos que se generan en la zona y que pueden ser incorporados en el suelo para
compensar las deficiencias que este presenta.
La falta de precisión durante el proceso de riego, siembra, cultivo y cosecha de arroz es
uno de los factores que además de ocasionar altos costos, también incide en la generación
de gases de efecto invernadero, haciendo menos competitiva y productiva la actividad
y, por lo tanto, poniendo en riesgo la sostenibilidad de este. Es importante entonces, la
implementación de tecnologías modernas como, por ejemplo, nivelación de precisión
con rayos láser, sembradoras de precisión, cosechadoras inteligentes, tecnología satelital
para estudiar las áreas de cultivo, vehículos aéreos no tripulados y el uso de software
para capturar y procesar información que permita la toma de decisiones acertadas.
Es necesario, que, de la mano de las universidades y centros de investigación, se comiencen
a realizar estudios que permitan la construcción de un plan para la modernización y
automatización del cultivo y cosecha de arroz, mediante la incorporación de maquinaria,
equipos y tecnologías avanzadas que tengan como resultado una mayor precisión en la
aplicación de insumos y mejor rendimiento de la producción por hectárea.
Uno de los factores más contaminantes del proceso, tiene que ver con la técnica de
siembra empleada, motivo por el cual, apoyados en una adquisición de maquinaria y
tecnología más moderna, se necesita cambiar a la técnica de trasplante mecanizado,
con el cual, se obtienen beneficios para la productividad del arroz y la disminución de
contaminantes en el proceso.
Otro aspecto que se identificó en las zonas de producción, es la falta de capacitación
del personal que labora en los cultivos de arroz, por tal motivo, las alianzas con el SENA
y las universidades de la región resultan necesarias para capacitar a la mano de obra calificada y los extensionistas rurales, especialmente en lo que corresponde a maquinaria agrícola, trabajos mecanizados, preparación de suelos, control de plagas, fertilización, producción agroecológica, instalación y mantenimiento de sistemas de riego, así como, extensión rural, manejo de agroquímicos, manejo de residuos peligrosos, entre otros temas de interés.
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